jueves, 5 de julio de 2007

Asuntos familiares

Estas últimas semanas he estado muy cargada con audiencias en Tribunales de Familia... Divorcios, principalmente.
Partiendo por lo pésimo del sistema, lo lento, lo dificultoso que resulta, incluso para los abogados tramitar en estos tribunales, debo decir que me resulta cada vez más desagradable tener que representar este tipo de causas.
Es que es imposible llegar a la justicia! Y detrás de tanto problema hay niños, mujeres solas y aguerridas, jefas de hogar, hombres que desean y luchan por ver a sus hijos...en definitiva gente que está sufriendo y que nunca se debe perder de vista.
Me desespero, me enrabio sola... e impotente tengo, que seguir marchando y validando este sistema injusto...me siento una pieza más, un verdadero "palo blanco", porqué aguantar ? Si somos auxiliares de la administración de justicia!! Entonces me revelo. Pero, luego D E B O contenerme. Después de todo, los tribunales son personas, que se equivocan tanto como yo quizá.
Hay buenas jueces, quizás las más jovenes, que tienen mayor asertividad, son ágiles, tienen buena memoria.. no sé. Pero me resulta más fácil establecer un dialogo y que estén a la altura de los patrocinados. Porque hay muchas magistradas endiosadas que miran todo desde lo alto de sus estrados de reojo, magistrados despistados pendientes de la hora, del audio, de cuestiones sin importancia, que finalmente están auto- boicoteándo el espiritú de las últimas leyes...
Es increíble! cómo tratar y exponer en profundidad casos delicados y complejos si dan bloques de 15 minutos para las audiencias y sobre las cuales se ha esperado por meses... y luego de horas de espera, para el bendito "llamado". Tengo demandas ingresadas en 2005 que aún no llegan a juicio oral. Tengo divorcios que tras cuatro audiencias preparatorias suspendidas aún no terminan. Y tengo clientes y clientas tan ansiosos y disconformes con todo, que ya no escuchan siquiera las explicaciones que los abogados debemos dar.
Es absolutamente desgastador. Pues esta nueva Ley buscaba agilizar y transparentar todo, dando amplias facultades a los jueces y desformalizando el procedimiento y todo se ha vuelto un caos..
En provincia la cosa anda un poco mejor.. se organiza y está todo más ordenado. En San Miguel es un desastre, quizá peor que Santiago.
Pero tendré que armarme de paciencia. Por suerte, el colegio de Abogados realizó un convenio con el Poder Judicial y ahora, los que somos colegiados, tenemos acceso, via internet, a las resoluciones.

Me han consultado mucho sobre el proyecto de Ley que faculta al cambio de apellidos, en un próximo post me dedicaré a ese tema.

Agradezco los comentarios y los mails que me han llegado y seguiré contestando.
Nos vemos!

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lunes, 7 de mayo de 2007

Esperando que me llamaran a la audiencia fijada...

Hubiera querido empezar con algo más positivo, pero bueno.... así están las cosas.
Hoy tenía una audiencia de juicio en un Tribunal de Familia de Santiago. La hora fijada era la de las 10:00 AM y con paciencia me dispuse a esperar el llamado... Mi clienta no llegaba, tampoco la contraparte. Después de revisar mi agenda, llamar a la oficina, chequear algunos pagos pendientes que debo concretar esta semana y releer los antecedentes de la carpeta de juicio que venía, empecé a mirar y a escuchar...
A mi lado se sentó un hombre como de unos 50 años. Estaba intranquilo. Movía y revisaba ansiosamente un papel. Era una citación. A los minutos me percaté que no estaba solo. Un niño lo acompañaba. Un niñito lindo, ordenadito, vestido de colegio, con su mochila puesta en los hombros y con lagrimas en los ojos que contenía para que no se le escaparan. Era el hijo de éste señor. Casi ni se miraban entre sí, pero el niño era desafiante y lo increpaba. Yo no alcanzaba a escuchar porque susurraba y hablaba con los dientes apretados. El papá bajaba la cabeza y movía su papel de citación. En tanto pasaba la hora, niño y padre parecían más intranquilos. Me di cuenta que esperaban a la madre. Sólo alcanzaba a escuchar que el niño le decía a su papá.."te dije, te dije"... Hasta que salió la funcionaria de la sala 4 (que era la misma mia) e hizo un llamado a viva voz....que era para ellos. El hombre le mostró la citación y le pasó su carnet, explicándole que la "demandada" no había llegado...en eso estaban, cuando el niño gritó "ahi viene mi mamá!". Entonces la funcionaria (tan diligente como permite este sistema atroz) les dice: "de todas formas les daremos una nueva hora, porque al momento de llamarlos no estaban ambos..", "pero, señorita yo quería retirar la demanda!" dijo el hombre..."Ah! eso es otra cosa", dijo la funcionaria, y luego de unos minutos, los hizo pasar a la sala de audiencias. El niño quizo entrar, pero obviamente no lo dejaron. Y se sentó a mi lado, mirando el suelo y moviendo rápido ràpido una de sus piernas. Yo sentía casi sin mirarlo la contención de su llanto. Y decidí hablarle. El, no quería contestarme nada, ni mirarme. Se levantó de su asiento. Tenía miedo. Claro! pensé..los niños no hablan con extraños.. Le expliqué que soy una abogada de niños (para que me entendiera) y se sentó otra vez junto a mi. Le dije que no tuviera miedo y que si quería me contara o me hiciera preguntas y yo le podría explicar. Movio su cabecita y dijo que no. Cuántos años tienes? "11" contestó, y vas al colegio ahora en la tarde "si" me dijo..y se apuro en preguntarme ¿podrían llevarse presa a mi mamá? es que mi papá dice que ella es mala y le puso una denuncia de violencia intrafamiliar, dice que toma y no es cierto.. y suspiró más aliviado. "Pero, tu papá dijo que va a retirar la demanda, entonces ahora la Jueza estará hablando con ellos para que no peleen más.."le contesté. Y tu papá es bueno contigo? "Sí, igual se porta bien". Y la mamá? "También, pero antes de que mi papá se fuera, le pegó varias veces a mi papá yo creo que por eso se fue, se aburrió. DE todas formas mi mami ya tiene pareja - dijo casi resignado"
Mientras me hablaba, le hice cariño en su pelo, le tomé la mano y traté de contenerlo..le expliqué que la jueza era mujer y que comprendería que no podría separar a la mamá de su hijo (pues ese era el miedo que él tenía) le pedí que tratara de no pensar cosas malas y que las discusiones eran entre la mamá y el papá.. Pero nada de lo que podría haberle dicho era suficiente, el niño estaba en otra parte...mejor dicho, dentro de la sala de audiencias.
Los padres salieron cada uno por su lado. La mamá tomó al niño de la mano y no le dio ni un segundo para que se despidiera del padre. En un segundo abandonaron la sala de espera.
Y yo quedé ahi. Paralizada. Con angustia e impotencia. ¿Porqué nuestros niños tendrán que sufrir este tipo de cosas? ¿Ese niño podría ser mi hijo? Y esa angustia que tenía..(como hipo de pena guardado) y su carita! ... Porqué ? ¿Cómo evitarlo?
Y ya no se trataba de quien tenía o no la razón, de quien golpeó a quien, como me habría preocupado de ser abogada de una de las partes. Se trataba de ese pequeño niño. Que quedó afuera. Que en vez de estar en el colegio jugando a la pelota, estaba en un Tribunal explicándole a una abogada desconocida su caso, usando nomenclatura jurídica como todo un experto. Madurando y haciendose más hombrecito a puro dolor. Entonces junto con querer arrancar de ahi, pensé que, de verdad quisiera ser, como le dije a ese chiquitito, una abogada de niños.

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